El Mindfulness -o serlo- no significa limpiar o poner en blanco tu mente para concentrarte en algo, usualmente entrando en un estado de meditación. Esta aproximación, que se toma en muchos casos como -o se relaciona con- el budismo, es estar en control y en total atención de lo que ocurre y pasa con y por tus pensamientos, por tu mente.
Aunque suena como algo obvio, como algo tradicional, algo que deberíamos hacer con frecuencia, es sorprendente ver lo poco que estamos en control de lo que pasa por nuestra mente, especialmente cuando somos bombardeados por información, positiva y negativa, por todos los frentes y en todos los escenarios de la vida. Esta técnica que ha empezado a ser tan llamativa en occidente tiene como fin ayudar a las personas a adoptar un estado de mayor concentración, frente a sus tareas, frente a la vida, frente a lo que ocurre y cómo lo tomamos y en mayor medida, cómo un pensamiento puede llegar a tomar poder absoluto de cómo -o no- nos sentimos.
Como escribí en otra entrada, el poder de tus pensamientos; de tu mente, no es algo que quieres dejar pasar por alto. Si tu mente fuera una torre de atracción magnética, como muchos pensadores lo proponen, no querrías atraer problemas, situaciones incómodas o estrés. Creo firmemente que a nadie le gustan estos escenarios, que aunque son parte de la vida, somos capaces de decidir hasta que medida nos afectan, y en este sentido el mindfulness es la herramienta que ayuda a que nuestra torre magnética llamada pensamiento atraiga lo que queremos y no lo contrario.
El imán que tienes en la mente funcionará, creas en él o no. Existen quienes afirman que las grandes personas son aquellas que han logrado estancar el crecimiento de pensamientos destructivos o nocivos frente a lo que quieren construir para sus vidas y la de quienes los rodean. Pensamiento al que me adhiero.
"El castigo de toda mente desordenada
es su propio desorden."
Agustín de Hipona
Esta técnica viene desde oriente, y ha llegado a occidente para quedarse. El Mindfulness nace en lo que hoy es la frontera entre el subcontinente de la India y Nepal, en Kapilavastu, razón por la cual cuando pensamos en este término muy seguramente lo primero que nos imaginamos es un monje, sentado y meditando. Sin embargo esta herramienta es la capacidad que tenemos de ser plenamente conscientes, de lo que pensamos, hacemos y decimos, con el propósito de concentrarnos en lo que sirve y reaccionar, mentalmente, de la mejor forma frente a lo que ocurre a nuestro alrededor.
El gran propósito del mindfulness es desarrollar una disciplina mental superior, con el propósito de estar en la capacidad de divertir y bloquear pensamientos negativos, contraproducentes y tóxicos para llenar la mente de pensamientos completamente opuestos: productivos, constructivos y positivos.
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