Introducción
Nuestra mente vuela, perdemos el contacto con nuestro cuerpo, y muy pronto estamos absortos en pensamientos obsesivos sobre algo que acaba de suceder o preocupados por el futuro. Y eso nos pone ansiosos, o nos lleva a pensar demasiado y a todas las consecuencias que esto tiene...
¿Te resulta familiar?
¿No te gustaría tener un mejor control de tu mente y de tus pensamientos? Después de todo... cambiar tu forma de pensar puede cambiar tu forma de vivir
Mindfulness -o estar atento o en atención plena- no significa despejar o dejar la mente en blanco para concentrarse en algo, normalmente entrando en un estado de meditación. Este enfoque, que se toma en muchos casos como -o está relacionado con- el budismo, es estar en control y en plena atención de lo que sucede y pasa con y a través de tus pensamientos, a través de tu mente.
Aunque parece algo obvio, algo tradicional, algo que deberíamos hacer a menudo, es sorprendente ver lo poco que controlamos lo que pasa por nuestra mente, sobre todo cuando nos bombardean con información, positiva y negativa, en todos los frentes y escenarios de la vida. Esta técnica que se ha hecho tan popular en occidente pretende ayudar a las personas a adoptar un estado de mayor concentración, frente a sus tareas, frente a la vida, frente a lo que ocurre y cómo nos lo tomamos y en mayor medida, cómo un pensamiento puede tomar el poder absoluto de cómo -o no- nos sentimos.
Así que el Mindfulness (atención plena) es bastante sencillo.
Sugiere que la mente está atendiendo plenamente a lo que está sucediendo, a lo que estás haciendo, al espacio por el que te mueves.
¿Qué es el Mindfulness?
El poder de tus pensamientos; de tu mente, no es algo que quieras pasar por alto. Si tu mente fuera una torre magnética de atracción, como proponen muchos pensadores, no querrías atraer problemas, situaciones incómodas o estrés.
Creo firmemente que a nadie le gustan estos escenarios.
Aunque forman parte de la vida, podemos decidir hasta qué punto nos afectan, y en este sentido el mindfulness es la herramienta que ayuda a que nuestra torre magnética llamada pensamiento atraiga lo que queremos y no lo contrario.
Resulta que el imán que tienes en tu mente funcionará, creas o no en él. Hay quien dice que las grandes personas son aquellas que han conseguido estancar el crecimiento de pensamientos destructivos o dañinos y han fortalecido esos pensamientos que potencian lo que quieren construir para su vida y la de los que les rodean.
Un pensamiento al que me adhiero.
Vayamos a las formalidades de la definición: Mindfulness es la capacidad humana básica de estar plenamente presentes, conscientes de dónde estamos y de lo que hacemos, y no excesivamente reactivos o abrumados por lo que ocurre a nuestro alrededor.
La atención plena es una cualidad que todo ser humano ya posee, sólo hay que aprender a acceder a ella.
Esta técnica viene de Oriente, y ha llegado a Occidente para quedarse. El mindfulness nació en lo que hoy es la frontera entre el subcontinente de la India y Nepal, en Kapilavastu, por eso cuando pensamos en este término lo más probable es que lo primero que imaginemos sea un monje, sentado y meditando. Sin embargo, esta herramienta es la capacidad que tenemos de ser plenamente conscientes de lo que pensamos, hacemos y decimos, para concentrarnos en lo que es útil y reaccionar, mentalmente, de la mejor manera a lo que sucede a nuestro alrededor.
¿Por qué es importante el Mindfulness?
El gran propósito del mindfulness es desarrollar una disciplina mental superior, con el fin de poder desviar y bloquear los pensamientos negativos, contraproducentes y tóxicos para llenar la mente de pensamientos completamente opuestos: productivos, constructivos y positivos.
La importancia del Mindfulness radica en cómo puede ayudarnos a vivir una realidad mejor y llevarnos de estados de inutilidad a estados de utilidad.
Dentro de los múltiples beneficios del mindfulness puedes encontrar estos:
Tu bienestar: El mindfulness puede llevarte a una vida más plena porque te ayuda a disfrutar de cada momento de la vida y también te ayuda a afrontar las dificultades de una manera mucho mejor. Además de estos beneficios la práctica del mindfulness ha demostrado que las personas que lo practican tienen menos preocupaciones por los acontecimientos pasados y los pensamientos futuros.
Tu salud física: El mindfulness te ayudará a aliviar el estrés, a tratar las enfermedades del corazón, a bajar la presión arterial, a reducir el dolor crónico, a mejorar el sueño y algunos otros beneficios para la salud.
Tu salud mental: Las mejoras en la salud en general vienen de la mano del desarrollo de una mejor salud mental, en ese orden de ideas la salud mental será uno de los principales beneficios que se derivan del mindfulness. Esta práctica ha demostrado ayudar en el tratamiento de una serie de problemas, entre ellos: la depresión, el abuso de sustancias, los trastornos de la alimentación, los conflictos de pareja, los trastornos de ansiedad, y otros.
Cómo practicar el Mindfulness (meditación en la respiración)
Ahora que sabemos todo lo que podemos sacar de la práctica de Mindfulness, veamos cómo podemos poner en práctica todos estos beneficios por nosotros mismos.
Aunque esta práctica podría ser guiada por un mentor o un tutor, hay muchas formas en las que podrías empezar a practicar nada más terminar de leer este post.
Esta es la Meditación de la Respiración:
Busca un lugar, ropa y posición cómodos para meditar (sentarse es una buena opción para no quedarse dormido).
Fija una hora y un temporizador para meditar (de este modo, perder la noción del tiempo no será una excusa). Un buen punto de partida puede ser entre 5 y 10 minutos.
Para empezar sólo te vas a centrar en tu respiración. Presta atención al cambio de temperatura cuando se inhala y cuando se exhala. Siente cómo sube y baja tu vientre cuando el aire entra en tus fosas nasales y sale de ellas. Sé consciente de tu respiración.
Durante este ejercicio tu cabeza será bombardeada con un montón de pensamientos, presta atención a lo que son, lo que significan y por qué están ahí. No los ignores ni los juzgues, pero anótalos.
Como se trata de una práctica inicial, es posible que te resulte difícil mantenerte concentrado en la respiración, los pensamientos inevitablemente volarán por ahí, sé consciente de ellos sin juzgarlos y devuelve tus pensamientos sólo a la respiración.
Esta, aparentemente, sencilla práctica es el punto de partida porque al final el punto de esta práctica es ser cada vez más conscientes de cómo pensamos, qué pensamos y cómo interactuamos con nuestros pensamientos.
Cierre
El mindfulness es un enfoque complementario, que forma parte de lo que hoy conocemos como medicina integrativa, ya que "toda enfermedad existe en la triple forma de cuerpo, mente y espíritu. No hay ninguna enfermedad que afecte sólo a una parte sin provocar alteraciones en las otras dos".
Llevando esta práctica a nuestra vida cotidiana, al mundo del trabajo o al de las relaciones en general, contribuimos a relacionarnos con la realidad en la que vivimos de una manera diferente.
El Mindfulness es algo más que ser consciente del presente que nos rodea y de nuestro interior. Considera esta práctica como una inversión en ti mismo, en tu yo presente y en tu yo futuro. Ahora sabes cuál será el retorno de esta inversión concreta.
Dinos en la sección de los comentarios cómo crees que te ayudará más el Mindfulness y cómo piensas empezar a practicarlo.
Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
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