Guía completa de tratamientos complementarios y alternativos para la EM
- Mao Florez
- 26 sept 2024
- 5 Min. de lectura
Introducción
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad compleja y a menudo imprevisible que afecta principalmente al sistema nervioso central. Quienes la padecen se enfrentan con frecuencia a multitud de síntomas, desde discapacidades físicas a problemas cognitivos.
Los tratamientos convencionales, aunque son beneficiosos para controlar la enfermedad, no siempre abordan la totalidad de la experiencia.

Este vacío ha fomentado un creciente interés por los tratamientos complementarios y alternativos entre los pacientes con EM.
Estas terapias pueden proporcionar enfoques holísticos que aborden no sólo los aspectos físicos, sino también los emocionales y psicológicos de la vida con EM.
Es esencial un enfoque integrado del tratamiento de la EM que armonice la medicina tradicional con las terapias complementarias, ofreciendo así un plan de atención más completo.
Tratamientos complementarios y alternativos
Las terapias complementarias suelen utilizarse junto con los tratamientos tradicionales, potenciando su eficacia y abordando síntomas que pueden no tratarse adecuadamente con los enfoques estándar.
En cambio, las terapias alternativas se emplean como sustitutas de los tratamientos convencionales.
Esta distinción es crucial para entender cómo pueden encajar estas terapias en una estrategia sanitaria más amplia.
Los enfoques integradores, que combinan tratamientos convencionales y complementarios, han llamado la atención por su potencial para mejorar el bienestar y la satisfacción general del paciente.
Tratamientos complementarios y alternativos populares para la EM
Métodos dietéticos
La nutrición desempeña un papel fundamental en el tratamiento de los síntomas de la EM.
Ciertos patrones dietéticos, como la dieta mediterránea o la dieta paleo, así como el Protocolo de Wahl, han ganado popularidad entre los pacientes con EM debido a sus propiedades antiinflamatorias.
Estas dietas hacen hincapié en los alimentos integrales, las grasas saludables y las verduras ricas en nutrientes, lo que puede aliviar algunos síntomas de la EM y mejorar la salud en general.

Además de los cambios dietéticos, algunos suplementos específicos han resultado beneficiosos para los pacientes con EM.
La vitamina D, por ejemplo, se ha relacionado con la función inmunitaria y puede ayudar a modular las respuestas inflamatorias asociadas a la EM. Los ácidos grasos omega-3, presentes en el aceite de pescado, son famosos por sus propiedades neuroprotectoras y su potencial para mejorar la función cognitiva. La incorporación de estos suplementos dietéticos puede ser una estrategia eficaz para controlar los síntomas y mejorar la salud en general.
Técnicas cuerpo-mente
Se ha demostrado que la meditación y las prácticas de atención plena reducen significativamente el estrés, mejoran la resiliencia emocional y promueven una sensación de calma.
Practicar con regularidad la meditación de atención plena puede ayudarnos a cultivar la conciencia y fomentar una actitud más positiva, contrarrestando la ansiedad que suele acompañar a las enfermedades crónicas.
El yoga y el Tai Chi son especialmente valiosos por sus beneficios físicos y mentales. Estas prácticas no sólo mejoran la flexibilidad y el equilibrio, que a menudo se ven comprometidos en la EM, sino que también facilitan la relajación y la reducción del estrés.
Además, unos sencillos ejercicios de respiración pueden servir como poderosas herramientas de relajación y control de la ansiedad, permitiendo a las personas conectarse a tierra en los momentos difíciles.
Fisioterapia
Las terapias físicas, como la acupuntura y la masoterapia, han ganado reconocimiento por su capacidad para aliviar los síntomas de la EM.
La acupuntura, una antigua práctica arraigada en la medicina tradicional china, consiste en la inserción de finas agujas en puntos específicos del cuerpo.

Las investigaciones sugieren que puede ser eficaz para controlar el dolor y reducir síntomas como la fatiga y la espasticidad muscular.
Por otra parte, la masoterapia trata la tensión muscular y favorece la relajación. Esta terapia puede ayudar a mitigar el estrés que a menudo exacerba los síntomas de la EM, contribuyendo a un enfoque más integral del bienestar.
Remedios naturales y a base de plantas
Las hierbas y los remedios naturales se utilizan desde hace mucho tiempo en diversas culturas por sus posibles beneficios para la salud. Hierbas como la cúrcuma y el ginkgo biloba se mencionan con frecuencia en los debates sobre el tratamiento de la EM.
La cúrcuma contiene curcumina, célebre por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. El ginkgo biloba suele promocionarse por su potencial para mejorar la cognición, lo que posiblemente beneficie a las personas que se enfrentan a retos cognitivos asociados a la EM.

Sin embargo, las consideraciones de seguridad son primordiales. Es esencial conocer las posibles interacciones entre los remedios herbales y los medicamentos convencionales, ya que algunas hierbas pueden afectar al metabolismo de los fármacos prescritos.
Homeopatía y Naturopatía
La homeopatía se basa en el principio de «lo similar se cura con lo similar», según el cual se utilizan sustancias muy diluidas para estimular los procesos curativos naturales del organismo.
Los remedios homeopáticos se seleccionan en función de los síntomas específicos y la constitución del individuo, haciendo hincapié en un enfoque personalizado de la atención.

La medicina naturopática, por su parte, se centra en el tratamiento integral de la persona. Los naturópatas utilizan una serie de modalidades, como el asesoramiento dietético, la fitoterapia y las modificaciones del estilo de vida, para apoyar las capacidades curativas intrínsecas del organismo.
Este marco holístico se alinea bien con las necesidades de los pacientes con EM, proporcionando un enfoque integral del bienestar.
Terapias energéticas
Las terapias energéticas, como el Reiki y el Toque Terapéutico, implican la manipulación de los campos energéticos del cuerpo para promover la curación y la relajación.
Aunque todavía no hay pruebas científicas que respalden estas prácticas, muchas personas afirman haber obtenido beneficios significativos, como una mayor relajación y una reducción de los niveles de estrés.
Las pruebas anecdóticas y los estudios preliminares sugieren que las terapias energéticas pueden servir como opciones complementarias eficaces para los pacientes con EM, mejorando su calidad de vida en general.
Integración de tratamientos complementarios y alternativos en el plan de cuidados de la EM
Antes de iniciar una nueva terapia, es fundamental consultar a los profesionales sanitarios. Este paso garantiza que todos los tratamientos se coordinen eficazmente y que se aborden las posibles interacciones o contraindicaciones.
La creación de una sólida red de apoyo de profesionales acreditados, incluidos especialistas en salud integral, puede facilitar la integración de las terapias complementarias en una estrategia global de tratamiento.

La creación de un plan de tratamiento equilibrado que combine enfoques convencionales y alternativos permite a las personas adaptar sus cuidados a sus necesidades y preferencias únicas.
Este esfuerzo de colaboración puede mejorar no sólo el tratamiento de los síntomas, sino también la calidad de vida en general.
Conclusión
Los beneficios potenciales de los tratamientos complementarios y alternativos para la EM son significativos y variados.
Al explorar diversas opciones, las personas pueden encontrar vías adicionales para controlar sus síntomas y mejorar su bienestar general.
Relacionarse con otras personas que comparten experiencias similares también puede aportar valiosas ideas y apoyo. Compartir experiencias personales con terapias alternativas puede fomentar un sentimiento de comunidad y ofrecer ánimos a quienes se enfrentan a los retos de la EM.
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