Al entrar en un estado de meditación lo último que piensas es en la incomodidad, este es un momento de paz para encontrar autoreflexión y relajación. Sin embargo, reconocer la incomodidad y estar en la capacidad de señalarla, abrirá puertas a nuevos y retantes escenarios que te darán un mejorado control sobre tu mente.
Definimos incomodidad como una cosa que hace sentirse incómodo y dificulta la estancia en un lugar o la realización de ciertas tareas. Ella puede ir desde unas medias o zapatos que no están hechos para tu medida, hasta una palabra o una frase que use otra persona -no necesariamente una vulgaridad-, el no estar cómodos puede ser por uno de estos -y por otros- factores: Personas, escenarios, imágenes, sonidos, etc.
¿Cuando fue la última vez que te sentiste incómodo?, ¿Fue por un comentario al azar, por una palabra por una mirada, por un momento de rabia, por escuchar una mentira, por escuchar o ver las noticias?. Sobre esta tierra habrán cosas que nos roben la paz, la calma o la tranquilidad, sin embargo, y como en muchos otros escenarios, todo el control lo tenemos nosotros, de aquí la importancia que tiene el saber reconocer qué nos incomoda y más allá de ello, cómo controlarlo y hacerlo aprovechable.
Recuerda esa vez en la que estabas en un escenario perfecto para ti, un escenario que disfrutas y en el que amas estar. A tu mente seguramente entraran pensamientos llenos de emociones positivas como calma, felicidad y paz. ¿Qué ocurre si este escenario es irrumpido por un ruido del que no gustas, o ingresa esa persona que no te gusta ver, o de la boca de alguien sale esa palabra que no te gusta oír?, ¿Incómodo?
Además de ser necesario saber reconocer qué momentos, personas, palabras, contextos, etc, nos hacen sentir incómodos, es imperioso mantener 'la compostura', no permitir que esto o estos alteren nuestra percepción de la realidad, que no afecten nuestro estado de paz y tranquilidad mental.
El encontrar comodidad en la incomodidad puede sonar un poco idealista, utópico y -a veces- hasta imposible. Sin embargo todo será de percepción y allí la importancia de descubrir qué es eso que nos incomoda para no permitir que lo haga y, de hecho, poder transformarlo en algo productivo, encontrando en ese momento lo aprovechable, lo que se puede aprender de él y cómo lograr que él no moleste la comodidad.
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