Usualmente estas palabras nos hacen pensar y sentir que una parte importante de nosotros se va para no volver. Y eso no es malo, en muchas ocasiones dejar ir es sencillamente abrir tu mano para soltar algo que debes dejar atrás, sin embargo dejar la mano abierta para nuevas cosas debe ser parte del proceso.
¿Alguna vez has sostenido algo muy pesado en tu mano?, al principio no parece difícil, sin embargo el tiempo empieza a avanzar y llega un momento en el que tu fuerza empieza a ceder, tus dedos empiezan a estirarse, tu mano y tus músculos del antebrazo se adormilan hasta que sencillamente sueltas. El agarre de la mano puede llegar a ser muy fuerte, sin embargo, como todos los grupos musculares llega un momento de quiebre, en el que la contracción muscular sencillamente no va a seguir trabajando, especialmente cuando el peso es grande. Dejar ir no es debilidad, es saber que cuando el músculo no puede dar más y es necesario, es hora de darle descanso.
Cuando recibí mi diagnóstico tuve que dejar ir muchas cosas, entre ellas los deportes: El fútbol, el baloncesto, el volleyball y muchos que requieren, en gran medida, la capacidad de correr - capacidad que empecé a perder desde hace más de 11 años, pero que trabajo por recuperar día a día - . No fue sencillo, fue doloroso, y no fue realmente una decisión, fue casi resignación - sumada a algo de frustración y decepción - sin embargo fue necesario abrir mi mano para también soltar limitaciones, impuestas por otros y aceptadas por mi subconsciente, para empezar a recibir nuevas cosas, nuevos sueños y nuevas metas, incluida la meta de volver a correr como lo hacía antes.
Dejar ir para mi significó cerrar puertas, pero a la vez abrir mis manos a nuevas. Cuando tu mano está cerrada por mucho tiempo duele abrirla, pues el cuerpo inconscientemente se ha permitido naturalizar el peso. Cuando nos damos cuentas de todo lo que dejamos de hacer o dejamos pasar por no abrir nuestras manos es cuando vemos que sencillamente debemos soltar; soltar lo que limita, lo negativo, lo que no deja crecer así se esté en una situación de dificultad.
Abrir la mano significa permitirte soltar para recibir experiencias nuevas, nuevas personas, nuevos conocimientos y lo más importante: Nuevas metas. Para mi lo fue terminar mi carrera universitaria, en una de las mejores universidades de Colombia, después de subir y bajar muchas escaleras, y lo es hoy llegar a ser fuente de motivación para otras personas. Soltar también significa - y debe incluir - limitaciones que solo estaban allí por agarrar con más fuerza las excusas y limitaciones que las infinitas posibilidades de crecimiento.
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