Al meditar usualmente inmediatamente pensamos en cómo hacerlo nos beneficia a nosotros en primera persona, bien sea para alcanzar un estado de relajación, visualizar o sencillamente entrar en un estado de paz mental. En este sentido poco nos hemos puesto a pensar todas las bondades que esta actividad puede brindar más que solo a nosotros, también a las personas que nos rodean.
Meditar nos permite reformar nuestra mente, en un principio para entender cómo ella funciona, cómo se mueven nuestros pensamientos y como nos afectan. Sin embargo, meditar puede también beneficiar a otras personas, podemos entrenar nuestra mente para ser más amable, menos crítica y más comprensiva. Desde aquí podemos empezar a ver cómo nuestra rutina de meditación, tiene un efecto muy positivo en nuestras relaciones y el mundo a nuestro alrededor.
Como parte de nuestro proceso de aprendizaje durante la meditación aprendemos que no es solo ponernos en un estado de comodidad y empezar a poner en blanco nuestra mente. La meditación también nos ayuda a entender cómo nos hablamos, cómo se desarrolla nuestro permanente diálogo interno, y en este sentido, por ahí comienza la compasión, por empezar a mejorar nuestra relación con nosotros mismos. No puedes sentir amor o amabilidad o compasión por otro si no comienzas contigo.
"¿Porqué soy así?", "No puedo creer lo que dije","Siempre es lo mismo, fracaso tras fracaso". Nuestra bondad con nosotros mismos suele ser una reserva que se ve oscurecida por esas conversaciones que solo tú escuchas, sobre las que tú tienes todo el poder, pero que a la vez permites que ocurra, y que te llenan de un mensaje lleno de temores, preocupaciones, frustraciones y las emociones que estas pueden desamarrar. Esta es una de las razones por las que estar en atención plena (Mindfulness) es una herramienta tan importante para tu mente y cómo ella trabaja.
La meditación, por su misma naturaleza y más allá del Mindfulness, cultivan en quienes lo practican una mente mucho más suave, más amable, más bondadosa, más amorosa. Meditar para sentir más compasión es una forma de este ejercicio en el que nuestros pensamientos irán dirigidos a una persona que amemos y percibir cómo nuestros sentimientos, esos que sentimos por la persona, se derraman por nuestro cuerpo a partir de mensajes de compasión y amor que se le entregan a ella.
"Que tengas felicidad, que
seas libre del sufrimiento, que
puedas experimentar la alegría
y la facilidad."
Cuanto más meditamos de esta manera, con amor, con entrega de bondad en nuestra mente, más se nutre la compasión, más se dejan de lado los, tan nocivos, juicio y prejuicio. Entre más familiaridad tengamos con nosotros y nuestro diálogo interno más podremos estar en la capacidad de sentir y tener compasión y empatía por los demás.
La mente cuando no está oculta por el pensamiento egocéntrico, es bondad.
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